Vere, Pinochet mortuus est (“De verdad, Pinochet ha muerto”).

Vere, Pinochet mortuus est (“De verdad, Pinochet ha muerto”).

"A las 13:30 horas, el paciente sufrió una inesperada y grave descompensación que obligó a trasladarlo en estado crítico a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde se aplicaron todas las medidas médicas de resucitación, no lográndose una respuesta clínica positiva, falleciendo a las 14:15 horas".

(Extracto del comunicado oficial emitido por el Hospital Militar).

Y Pinochet ha muerto. El dictador para unos, el héroe para otros. Es increíble ver que incluso después de muerto, el caballero siga dividiendo a la patria.

Yo supe casi 4 horas después de su deceso, porque estaba pintando mi ex-casa y no tenía puesta la radio. Cuando escuché la noticia, ésta me sorprendió como a cualquiera le puede impactar la muerte de alguien que genera tanta adherencia como anticuerpos. Aunque era algo previsible tomando en cuenta la edad de Pinochet y su estado de salud, que se vio agravado con el infarto que tuvo hace una semana. Tal vez se estaba recuperando, pero dicen que la gente que está cerca de morir suele tener una leve mejoría para después tomar el "camino sin retorno".

Lamentablemente, este país (como siempre) cae en los extremismos: por un lado, gente llorando la muerte del Salvador de la Patria y Libertador de Chile. Por el otro, gente celebrando que el Dictador y Asesino haya fallecido, o también protestando enojada porque nunca se le pudo juzgar como se quiso.

Aunque si hablamos de excesos, hay para todos los gustos: Por el lado pinochetista se escuchaba el testimonio de una señora, la cual decía que para ella "Dios y Pinochet eran lo mismo". Cuando creí que no podría haber más exageración, un grupo empezó a cantar "estamos, de duelo: un ángel se fue al Cielo". Creo que eso fue mucho. Mención aparte se merece Luz Guajardo, una fervorosa partidaria, que ya se había dado a conocer por intentar agredir a Cheyre en el Hospital Militar cuando visitaba a don Augusto. Ayer, ella las emprendió contra lo que pilló a su paso en la sala de ventas de un edificio en construcción, porque unos obreros gritaron consignas en contra del fallecido General en retiro.

Por el lado de los detractores y opositores, hasta champaña hubo y algunos hicieron una gran fiesta por el final de los días del caballero. Personalmente, creo que celebrar la muerte de alguien es de mal gusto, aunque sea la de tu peor enemigo. Aunque sea la de Pinochet, la de Allende o la de cualquier otro... ¿O a usted le gustaría que hubiera gente festejando en la calle porque algún familiar o conocido suyo falleció? Lo otro que también hubo (y no me extraña) fue el desorden y los desmanes de gente que se aprovecha de estos hechos para dejar desastres por doquier. ¿Y para eso querían democracia? Pffff...

En fin... Pinochet se murió. Se cierra un capítulo que marcó la última parte del Siglo XX y estos últimos años. Y la pregunta es obvia a la hora de la evaluación: Augusto Pinochet, ¿Héroe o Villano? Al final, será la historia la que va a dictaminar eso. En lo personal, creo que cualquier cosa buena que haya hecho por Chile, siempre será empañada por lo que pasó durante el régimen militar. Sólo espero que el tiempo sane las heridas que han dividido al país durante 33 años y que con la muerte del caballero parecieran reabrirse con más contrastes que nunca.